La Psicología del Deporte es una rama de la Psicología (como pueden ser la Psicología Forense, Clínica, Educativa, etc.) para lo cual el profesional tiene y debe capacitarse adecuadamente, de forma que pueda intervenir con todas las herramientas necesaria

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Realizamos una evaluación para llegar a un diagnóstico, y a continuación se le explicará qué es lo que le sucede y por qué.

Realizamos tratamientos en infancia, adolescencia y adultos, terapias con familias, parejas, etc.

Un psicólogo es un experto acerca de cómo y por qué cambian las personas. Siguiendo sus pautas nos aseguramos la vía más rápida y eficaz de modificar aquello que nos hace sentir mal y mejorar enormemente nuestra calidad de vida.

Si estás pasando un mal momento, estás preocupado por alguien o sencillamente te gustaría mejorar ciertos aspectos sobre ti mismo, un psicólogo te puede ayudar.

No tiene por qué. Es cierto que ayudamos a gente que está enferma o que puede padecer un trastorno psicológico, pero en muchas ocasiones no se trata de personas enfermas.

Lo que sucede es que a lo largo de la vida se deben hacer frente a una serie de problemas, algunos de los cuales pueden ser generados por uno mismo y otros no. Estos problemas suelen venir derivados por una o varias situaciones que, en un momento determinado de la vida, sobrepasan nuestra capacidad para manejarlos, desbordándonos. A partir de ahí, y debido a un mal aprendizaje, llevamos a cabo comportamientos que a corto plazo nos alivian, pero acaban manteniendo el problema a largo plazo, impidiendo que desaparezcan.

Todo lo aprendido puede reaprenderse de nuevo de la manera correcta. Y ahí es donde podemos ayudarte.

Un profesional de nuestro oficio no usa medicamentos. Mediante una adecuada evaluación de cada caso, analizamos las variables implicadas en una determinada situación, las que intervienen en ella y la mantienen. Una vez obtenido el diagnóstico, se informa a la persona de los procesos que están teniendo lugar y las causas de inicio, así como de mantenimiento del problema que expone en la consulta.

Dependiendo del caso que sea, es posible que con sólo una sesión sea suficiente, o que lo derivemos a otro profesional más indicado para la naturaleza de su problema (legal, médico, de asesoría…). Si el problema requiere de un tratamiento específico, se procederá a informarle de cuál va a ser el procedimiento para abordar los aspectos implicados en el caso.

Se trabajan esos aspectos tanto en las sesiones como fuera de ellas, dando pautas específicas entre ellas de forma que se puedan poner en práctica en casa. Conforme se vayan logrando los objetivos a corto plazo, se irán alargando los tiempos entre sesiones, avanzando en el tratamiento y lograr así  los objetivos a largo plazo.

Totalmente. El secreto profesional es algo a lo que estamos sujetos por ley, y en la consulta esto es incuestionable no sólo por  nuestro Código Deontológico, sino por propias convicciones personales.

Las sesiones duran 50 minutos aproximadamente, aunque pueden ser de una hora dependiendo del tipo de caso.

En cuanto a la duración de la totalidad del tratamiento, no hay una pauta fija debido a que depende de la complejidad del problema, así como de la motivación de la persona que acude a la consulta.

Si se trata de problemas de conducta en un menor, puede durar desde 4 sesiones hasta 8. Si se trata de una depresión, el tratamiento podría alargarse más dependiendo de las peculiaridades de cada caso.

Una vez hecho el diagnóstico, se le informará al paciente del tiempo así como del número de sesiones que requerirá el tratamiento.